Los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) o la Declaración del Milenio fueron unos acuerdos a los que 189 países del mundo llegaron en la Cumbre del Milenio de las naciones Unidas realizada en septiembre de 2000. Son ocho ambiciosos objetivos cuya meta de cumplimiento se trazó para el 2015.
Se podría decir que los ODM expresan las necesidades básicas a las que todas las personas del mundo deberían acceder por derecho natural, como lo es la educación básica, la igualdad de géneros y la autonomía de la mujer, la sostenibilidad del medio ambiente, la erradicación de la pobreza, el hambre, la mortalidad infantil, el VIH, y otras enfermedades, además de la consolidación de una asociación mundial para garantizar el desarrollo. Es bastante resaltante que las potencias del mundo se piensen sobre acciones reales para llegar a las metas, esto es una muestra de democracia y solidaridad tan necesaria en nuestro tiempo`.
LA EDUCACIÓN INICIAL Y LOS ODM
De acuerdo a las lecturas realizadas en torno a los Objetivos para el Desarrollo del Milenio, pueden hacerse varias precisiones en este blog. En primer lugar es necesario aludir que estos objetivos son el resultado de un plan convenido por gran parte de las naciones del mundo y las instituciones de desarrollo mas importantes a nivel mundial en el 2000, lo cual se vislumbra de entrada como un esfuerzo asociado sin precedentes entre las naciones para ayudar a los más pobres del mundo, pues los 192 países que firman el acuerdo, constituyen la gran mayoría de países de nuestro planeta.
En segundo lugar podría decirse que estos objetivos están trazados para ser logrados en el año 2015, en cuya fecha la pobreza extrema debe estar reducida a la mitad, se debe haber detenido la propagación del VIH/SIDA y se debe haber conseguido la enseñanza primaria desde un ámbito universal, entre otros objetivos propuestos para la misma fecha.
Desde este punto de vista es realmente loable las metas que se han señalado desde ODM, pues se han tenido en cuenta las necesidades humanas y los derechos básicos a los cuales cualquier persona del planeta debería poder acceder y disfrutar, como son la educación de buena calidad, la ausencia de hambre y pobreza extrema, empleo productivo y decente, buena salud y vivienda, ademas del derecho de las mujeres de vivir en igualdades respecto al hombre, y la posibilidad de vivir en un mundo en el que la sostenibilidad del medio ambiente sea una prioridad.
Sin embargo, podría pensarse que esta fecha marcada es un tanto idealista si se tiene en cuenta la cercanía de la misma y los resultados encontrados en la esfera real. Por ejemplo, tomando uno solo de estos objetivos, a saber, la pobreza, no podría decirse que en cinco años no encontraremos población alguna sumida en la miseria y pobreza extrema, pues muchas de las medidas que se toman para subsidiar y ayudar a los más desfavorecidos, generalmente no tienen en cuenta situaciones subyacentes y de fondo en estos problemas de pobreza, por lo cual, no podría pensarse en reducir a la mitad este fenómeno. Así mismo, este objetivo se propone como meta “alcanzar el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidas las mujeres y los jóvenes”, lo cual con la creciente desaceleración de la economía mundial parece utópico de lograr, pues los empleos cada vez se vuelven mas inestables e informales, contribuyendo con ello al afianzamiento de la pobreza, entre los países en vías de desarrollo.
Ahora bien, esto no significa que se piense de manera derrotista frente al asunto. De hecho, los informes indican que gran cantidad de naciones gozan ya del cumplimiento de algunos de estos objetivos. La pregunta obligatoria sería para nuestro país y para nosotras como maestras en formación: ¿Qué puede hacerse para estar a la altura de esas naciones, que pese a tantos obstáculos han podido surgir y van en pos del desarrollo?, específicamente ¿qué podemos hacer por nuestras regiones?
Pensamos que la respuesta podría estar implícita en uno de estos objetivos, a saber, velar para que “ los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria”, dada la importancia que tiene la formación en los primeros años de cualquier sujeto. No obstante, desde este blog pensamos que seria interesante ahondar en este asunto. Desde los ODM se pretende medir este objetivo bajo indicadores de cantidad de niños matriculados, graduados, y tasa de alfabetización de mujeres y hombres entre 15 y 24 años. Esto debería poder reformularse haciéndose énfasis en una educación de calidad, donde lo mas importante no sea la alfabetización o enseñanza de conceptos básicos, sino la formación del pensamiento critico y reflexivo, que le permitan a los sujetos construir posturas sobre las situaciones que viven, y que de alguna manera los ayuden a salir del letargo en el cual parece estar sumida la sociedad que, muchas veces, absorbe sin pensar las políticas e imposiciones que realizan los de “arriba”.
Esta formación, vista de este modo, podría permitir un desarrollo desde el punto de vista de conocer, reconocer y favorecer las potencialidades y riquezas de las cuales se dispone tanto a nivel individual como regional, pues permitirá que los sujetos puedan hacerse conscientes y responsables de su papel protagónico en dicho desarrollo.
En esta medida, puede agregarse que en la actualidad se evidencia la perpetuación del nivel social de acuerdo a la calidad de educación ofrecida por el sistema educativo, lo cual hace que los estudiantes mas favorecidos puedan acceder a una educación con mas posibilidades y por ende, su proyección laboral y económica es en esta misma proporción. Entonces, lo que quiere decirse en este texto es que los ODM deben hacer hincapié en aspectos como la calidad de docentes, metodologías, herramientas, infraestructuras, estrategias, más que centrarse en números o coberturas sin sentido.
A raíz de esta postura, se piensa la importancia del co-protagonismo del pedagogo en el cumplimiento de estos objetivos, pues desde posturas políticas puede pensarse y ayudar a desarrollar pensamientos reflexivos en su comunidad académica, que finalmente permitirán visualizar las potencialidades de la región para trascender la simple queja que es a su vez la que obstaculiza en ocasiones el desarrollo.
En conclusión, pensamos que los ODM deben centrarse, más que en las consecuencias, en las causas de las problemáticas que envuelven nuestra sociedad, pues de lo contrario podría caerse irremediablemente en curaciones momentáneas que con el tiempo conllevan nuevamente a las mismas problemáticas, por no tratar los problemas de fondo. No obstante, no se niega con ello que cualquier esfuerzo que se haga en pro de las personas menos favorecidas es un aliciente en medio de tantas dificultades.
BIBLIOGRAFÍA:
Información basada en la página: www.un.org/es, consultada el día 10 de noviembre de 2010